Página web o Blog propio, página de Facebook, perfil de Twitter, perfil de Instagram,… Cada canal tiene sus características y es usado por uno o otro público.

En función de cómo sea tu «perfil-persona» y de sus características, las que nos han ayudado a decidirnos por uno o varios canales de comunicación, sabremos qué información será interesante para nuestro perfil. Tan importante como la información que publicamos es la forma en la que lo hacemos, hay que adaptarse al lenguaje de cada canal. A grandes rasgos: posts breves en Facebook, fotografias de calidad y muchos hashtags para Instagram.

Crear y publicar contenido, responder las dudas que nos planteen,…

Nuestra estrategia es una carrera de largo recorrido. Los esfuerzos no los haremos sólo al empezar, nuestro «yo digital». Éste va a necesitar que lo mimemos, que le dediquemos tiempo y trabajo. Para optimizar esfuerzos es útil trazar un calendario de nuestras publicaciones, nos ayudará a organizarnos para maximizar nuestros recursos.

Es muy probable que en algún momento tengamos una opinión negativa sobre un producto o servicio. Esta crítica puede venir de un cliente descontento o puede ser un ataque de la competencia. En cualquier caso, debemos estar preparados. Hay que saber gestionar estas crisis y resolverlas con destreza y sinceridad.

¡Da las gracias siempre! A no ser que sea familiar tuyo… Tiene muchísimo valor que alguien se haya tomado la molestia de dejar por escrito lo que opina de tu producto o servicio. Ya que lo ha hecho no debemos olvidarnos de agradecérselo y, por ejemplo, obsequiarlo con algún descuento. Mimar a nuestros clientes es una sana y buena costumbre.